miércoles, 13 de marzo de 2013

UN SUSTO DE LOS QUE DEJAN HUELLA

Hola aquí estoy otra vez, voy a contaros una experiencia que nos ocurrió el año pasado a mis amigos y a mi en nuestra ruta de los jueves, y que espero pueda servir para que en nuestras salidas en mtb o carretera, seamos conscientes de que si salimos en grupo, hay que procurar no dejar a un compañero rezagado fuera de nuestro campo de visión, ya sea subiendo, llaneando, pero sobre todo en las bajadas .

La ruta comenzó como siempre, con prisas por el tiempo limitado que tenemos algunos, y con los continuos cambios de ritmo de los componentes del pelotón, así fueron pasando los kilómetros  y algunos queríamos cambiar el itinerario habitual por el tema de la monotonía, y decidimos desviarnos hacia un camino que llega a la Senda Ecológica, pasando por Azucáica y enlaza en Santa Bárbara con dicha Senda, hasta aquí todo bien, pero fué al comenzar dicho camino,(el cual tiene una bajada inicial de unos 2.5 km mas o menos, con muy poco desnivel, pero en algunos tramos tiene bancos de arena) comenzamos a bajar y fuimos cogiendo velocidad,( Yo el primero(mea culpa) ) y nos lanzamos sin pensar en los que venían rezagados, y al llegar a la parte final de la bajada donde nos fuimos reagrupando y comentando las incidencias de la bajada, nos dimos cuenta que nos faltaba un compañero, pasaron 4 o 5 minutos de espera entre comentarios y preguntas de si habrá pinchado o se habrá equivocado de camino,¿quien bajaba con el?,¿quien fué el ultimo en verle? y la preocupación fué creciendo por momentos, con lo que decidimos subir en su busca y por mi cabeza no paraban de pasar pensamientos de culpabilidad, (lo siento Fernan ) y mas o meno a la mitad de la bajada le vimos aparecer desmontado de la bici, con magulladuras por todas partes, dos falanges rotas,una maneta del freno rota, con un fuerte golpe en el casco y medio conmocionado sin saber que le había ocurrido, (no olvidaré esa imagen de nuestro amigo Fernan) creo que todos nos llevamos un susto tremendo que no olvidaremos, pero gracia a que uno de los componentes de la ruta tenia el teléfono de un amigo Guardia Civil que unos minutos antes nos encontramos de patrulla, justo al iniciar el descenso de la dichosa bajada, se puso en contacto con El y en pocos minutos llegaron a socorrernos acercándole al Hospital a El y a otro compañero( muchiiiiisimas gracias a la Guardia Civil ). Después lo típico, las lamentaciones, que si vamos como locos en las bajadas etc,etc.
Ese día aprendí la lección, y la imagen de mi amigo maltrecho me lo recordará siempre. Lo siento Fernan intentaré que esto no nos vuelva a suceder.